Werner Beierwaltes

El Dr. Beierwaltes fue inducido al Consejo Honorario de la Fundación Areoapagiticum de forma póstuma con autorización de sus herederos.
Werner Beierwaltes (1931-2019) fue un destacado Filósofo y Profesor alemán que centró su carrera en el estudio del neoplatonismo y su influencia en la filosofía occidental. A lo largo de su obra, Beierwaltes investigó cómo el pensamiento platónico, tal como fue desarrollado por los neoplatónicos, ejerció una profunda influencia tanto en la teología cristiana como en el idealismo alemán. Un concepto central en su trabajo fue la relación entre la identidad y la diferencia, una reflexión que desarrolló a partir de sus estudios de filósofos como Plotino, Proclo, Agustín, Eriúgena, Eckhart, Cusano y Bruno, hasta alcanzar a Schelling y Hegel.
Para Beierwaltes, lo múltiple y la diferencia no pueden comprenderse sin una identidad fundamental, la cual, a su vez, o bien se va diferenciando instanciadamente o bien lleva implícita una diferencia interna. En su obra, también se destacan sus reflexiones sobre la metafísica de la luz y la relación entre tiempo y eternidad, así como su interpretación del arte como reflejo de la belleza absoluta.
La carrera académica de Beierwaltes fue tan extensa como prolífica, siendo reconocido tanto por la profundidad de su pensamiento cuanto por el rigor científico de sus investigaciones. En el ámbito hispanohablante, fue honrado con el doctorado honoris causa y el Premio Roncesvalles de Filosofía, ambos otorgados por la Universidad de Navarra. Su legado intelectual sigue siendo un punto de referencia esencial para el estudio del neoplatonismo y su influencia en la filosofía contemporánea, y ha sido ampliamente recogido en numerosos estudios y volúmenes dedicados a su obra.
Werner Beierwaltes and the Yearning for Transcendence
Douglas Hedley
In memoriam
María Jesús Soto-Bruna
Breve semblanza de Werner Beierwaltes y su obra
El estudio de la historia de la filosofía puede ser concebido como la tarea de un anticuario. Así como se estudia una pieza de museo, se releen textos de los cuales nos separan varios siglos. Otra posibilidad es obviar su contexto y simplemente detenernos en los argumentos siempre y cuando podamos calificarlos como racionales y tensen cierto debate con la filosofía actual. Sin desmerecer estas perspectivas hay un modo de hacer del estudio de la historia de la filosofía una cuestión filosófica enmarcada en un contexto de discusión. Este modo es el que procura una apropiación crítica y productiva de un pensamiento de otro tiempo ofreciendo, además, algo sobre qué pensar. En este sentido, hacer historia de la filosofía es hacer un tipo de filosofía en la cual el pensar se sabe a sí mismo en el tiempo y se reconoce a sí mismo en el devenir de conceptos que van adoptando nuevas formas. Werner Beierwaltes (1931-2019) ha enriquecido la mirada de decenas de historiadores de la filosofía otorgándonos la audacia de filosofar. La vitalidad que se desprende de sus textos revela el pulso de un filósofo que desarrolla su tarea abordando la tradición filosófica a partir de nociones que son entendidas desde un punto de vista histórico. Lo Uno, lo múltiple, la unidad relacional, la identidad, la diferencia, la alteridad, la dialéctica, la negación, la anagogía son repensadas en el marco de la reconstrucción de una tradición filosófica: la tradición platónica. El camino elegido no atiende a la presentación de los pensadores y su período sino más bien es el de la historia de los conceptos. Esta praxis hermenéutica sobre los conceptos, que no elude en ocasiones la remisión a la noción de horizonte gadameriana es, para Beierwaltes, la praxis misma de la filosofía.
Su primer trabajo, producido como disertación doctoral en la década del 50, ya tiene esta impronta: un concepto, Lux intelligibilis, y una perspectiva en su subtítulo: Untersuchungen zur Lichtmetaphysik der Griechen, investigaciones que ponen en evidencia que se constituyó entre los griegos lo que da en llamar una ‘metafísica de la luz’¹. A partir de entonces, importantes estudios monográficos, todos téticos, ponen de manifiesto la impronta de su trabajo: presentar una continuidad que parte de Platón y llega, en primer lugar aunque no en último, a sus seguidores tardo-antiguos, los llamados ‘neoplatónicos’. A ellos dedica dos primeros estudios fundamentales: Proklos. Grundzüge seiner Metaphysik (Frankfurt, 1965), y Plotin. Über Ewigkeit und Zeit (Enneade III 7). Übersetzt, eingeleitet und kommentiert (Frankfurt,1967). Con todo, la fuerza del pensamiento de Beierwaltes reside precisamente en no cancelar la historia del platonismo en el neoplatonismo y en el cierre de la academia de Atenas por Justiniano en el año 529, sino en construir un platonismo prolongado y transformado hasta los albores del pensamiento contemporáneo y más allá. Su perspectiva no es cronológica sino conceptual. Esta tesis de potencia inusitada tiene su primera formulación en el fundacional Platonismus und Idealismus (Frankfurt, 1972). En este texto, presenta en continuidad ambas tradiciones filosóficas poniendo en evidencia que su vínculo no sería posible sin las redefiniciones del platonismo cristiano de autores como Agustín de Hipona o Meister Eckhart. Muchos trabajos se siguen desde entonces, algunos de conjunto, otros sobre un autor en particular. La lista de artículos, capítulos, libros y traducciones de sus libros contiene más de un centenar de textos. Me limitaré a mencionar los que, según pienso, ilustran el espíritu que anima toda su obra. En esta lista paradigmática no puede faltar Identität und Differenz. Zum Prinzip cusanischen Denkens (Frankfurt, 1980). El subtítulo de este libro puede despistarnos y hacernos creer que se trata de un estudio solo sobre el pensamiento de Nicolás de Cusa, sin embargo, se trata de un monumental escrito en el cual Beierwaltes reconstruye la historia de estos conceptos, identidad y diferencia, desde sus expresiones griegas en Platón, Proclo y Dionisio Areopagita, su continuidad en el mundo latino tardo-antiguo, Mario Victorino y Agustín, en la baja edad media, Meister Eckhart, en el gozne entre dos tiempos con las formulaciones del Cusano y el Nolano, Giordano Bruno, su transformación en Schelling y Hegel, para culminar con la identidad como distinción negativa en Adorno. No puede soslayarse una suerte de capítulo final o apéndice en el cual Beierwaltes encara una aguda crítica a la versión heideggeriana de la metafísica occidental como olvido del ser. El propio título de la obra evoca la de Heidegger pero ahora es Beierwaltes quien denuncia el olvido heideggeriano: el de la tradición neoplatónica tardo-antigua y medieval. Los ejemplos ofrecidos por Beierwaltes van desde lo Uno plotiniano, considerado más allá del ser, hasta las nociones cusanas de lo absoluto como idem, non aliud y possest, conceptos que lejos de ocultar el ser tras un ente lo entienden en toda su puridad como principio, medio y fin de cualquier posibilidad entitativa. Esta verdadera obra maestra se complementa y completa con textos, igualmente fundamentales, en los cuales retoma con especificidad algunos de los autores de esta tradición siempre desde la perspectiva de la historia del platonismo: nuevamente dos textos sobre Nicolás de Cusa (Visio absoluta. Reflexion als Grundzug des göttlichen Prinzips bei Nicolaus Cusanus, in: Sitzungsberichte der Heidelberger Akademie der Wissenschaften,1978; Visio facialis. Sehen ins Angesicht. Zur Coincidenz des endlichen und unendlichen Blicks bei Cusanus, in: Sitzungsberichte der Bayerischen Akademie der Wissenschaften, 1988); sobre Marsilio Ficino (Marsilio Ficinos Theorie des Schönen im Kontext des Platonismus, in: Sitzungsberichte der Heidelberger Akademie der Wissenschaften, 1980); sobre Agustín de Hipona (Regio beatitudinis. Zu Augustins Begriff des glücklichen Lebens, in: Sitzungsberichte der Heidelberger Akademie der Wissenschaften, 1981); y más tarde su imprescindible monografía acerca de la filosofía de Escoto Eriúgena (Eriugena. Grundzüge seines Denkens, Frankfurt, 1994).
Una tercera obra de conjunto sobre el que acaso sea el concepto fundamental que articula su pensamiento, lo uno: Denken des Einen. Studien zum Neuplatonismus und dessen Wirkungsgeschichte (Frankfurt,1985). La llamada ‘Wirkungsgeschichte’, es decir la historia de los efectos o de la influencia del neoplatonismo se extiende hasta el siglo XX. Nuevamente un concepto entendido en varios horizontes, lo ‘uno’ como clave de la relación entre identidad y diferencia en tanto parece ser pensado, en primera instancia, en vínculo con lo múltiple. Precisamente, según Beierwaltes, le debemos a Platón y su diálogo Parménides la posibilidad de pensar lo uno sin relación ni diferencia y le debemos a sus derivas en el neoplatonismo una nueva posibilidad, la de pensar la diferencia como despliegue de lo uno y la de pensar lo uno mismo no solo por sobre todo sino también ‘en nosotros’. Nuevamente la potencia de estas ideas son visitadas en el pensamiento de los autores cristianos medievales y renacentistas, Dionisio, Boecio, Eriúgena, los Chartrenses del siglo XII, Buenaventura, Nicolás de Cusa, Marsilo Ficino, Pico della Mirándola y Giordano Bruno. El libro se cierra otra vez con una reflexión sobre la tradición neoplatónica y su actualidad con referencias a los más importantes filósofos y problemas del siglo pasado: reaparecen Adorno y Heidegger pero hay también alusiones a Peirce, Whitehead, Camus, Sartre, la filosofía del arte y el dogmatismo contemporáneo.
Ciertamente, las obras mencionadas ponen en evidencia que Beierwaltes entiende que el platonismo no podría haberse extendido de este modo sin la transformación o transmutación que el cristianismo le procuró. Tal es la perspectiva de Platonismus im Christentum (Frankfurt, 1998), obra escrita a pedido del gran Giovanni Reale quien llevó a cabo la edición de todos sus libros en lengua italiana, a excepción de su primera obra, la disertación que se presenta aquí. Este estudio surge en diálogo crítico con el libro de Endre von Ivánka Plato Christianus. La tesis de Beierwaltes muestra en este caso que no se trata de cristianizar a Platón o bien que haya surgido algo que merezca ser llamado ‘platonismo cristiano’, se trata más bien de evaluar la presencia del platonismo en aquellos pensadores cristianos que han construido una verdadera ‘teología filosófica’. Así, filosofía y teología no son presentados como dos opuestos que se excluyen sino más bien como dos movimientos que tienen un único objeto, lo absoluto. La operación de la teología cristiana que redefine lo Uno-Dios en términos relaciones y dinámicos, convirtiéndolo en uni-trino, es realizada en el horizonte de la filosofía. Platonismo en el cristianismo, es también filosofía en la teología y teología en la filosofía como un círculo hermenéutico que se retroalimenta.
Merecen ser mencionados dos últimos libros publicados en la última década de la vida de nuestro pensador: Fussnoten zu Plato (Frankfurt, 2011) y Catena Aurea. Plotin, Augustinus, Eriugena, Thomas, Cusanus (Frankfurt, 2017). Ambos títulos son elocuentes y encierran el sentido de la totalidad de su producción.
En la introducción a Fussnoten zu Plato, es decir Notas a pie de Platón, el propio Beierwaltes evoca el dictum de Whitehead en el que se inspira y según el cual toda la filosofía europea no sería sino más que notas a pie a la obra de Platón. Más allá de que esto pueda y deba ser matizado –y, de hecho, el propio Beierwaltes lo hace declarando también el aporte de otras tradiciones filosóficas como el aristotelismo, el estoicismo o las contribuciones de contenidos propios del cristianismo o el pensamiento árabe — encuentra en este dictum la ocasión para justificar su propio camino. Conviene citar sus propias palabras:
‘En muchos de mis libros y ensayos, he abordado la riqueza de perspectivas en la historia de la influencia (Wirkungsgeschichte) del pensamiento platónico, principalmente en su forma neoplatónica, y lo he considerado en términos de su unidad y diferencia interna. Siempre he incluido en esta área de reflexión filosófica la cuestión de la relación entre la metafísica griega y la teología cristiana, es decir, la cuestión de la transformación y posterior determinación productiva del pensamiento filosófico y la diferencia entre el resultado teológico y sus orígenes conceptuales, y los impulsos que emanan de él […] Vistas en su conjunto, las “Notas a pie de página de Platón” incluidas en este libro representan la “metamorfosis” de la filosofía genuinamente platónica en una nueva forma de pensar, que al mismo tiempo vive esencialmente de sus orígenes […] Las “notas al pie” no desaparecen, solo se mencionan, por así decirlo, debajo del texto; son más como “enanos sentados o parados sobre los hombros de gigantes”: son más pequeños que estos, pero ven más y más lejos, capturan y entienden – cada individuo dentro de la ‘serie’ de manera diferente e individual – el pensamiento original. Poseen un potencial en su capacidad de desarrollarse, a veces incluso con mayor intensidad y prudencia de lo que los “gigantes” podrían hacerlo jamás en función de su propia ubicación histórica. Sin embargo, este sentarse o estar de pie de estos enanos sobre los hombros de los gigantes no corresponde a una arrogante confianza en sí mismos, sino que es un regalo de los tiempos”.²
Las esclarecedoras palabras de Beierwaltes valen no solo para los pensadores de los que él se ha ocupado y constituyen una suerte de catena aurea o un hilo o cadena de oro invisible que los reúne a través de la historia, sino también vale para valorar su propia filosofía como parte de esa cadena y como un regalo ofrece a nuestro tiempo desde los hombros de aquellos gigantes.
Cabe agregar que la trayectoria académica de Beierwaltes fue desarrollada en el marco de la enseñanza en las universidades de Würzburg, Münster, Freiburg y München. Así pues, ha enriquecido sus investigaciones con su actividad como profesor, una ocasión, quizá una de las más altas, de poner a prueba sus tesis pensando mientras se transmiten los resultados de su investigación. En 1996 fue nombrado, además, Doctor Honoris Causa de la Universidad Ioannina (Grecia). Sus obras fueron traducidas en varios idiomas. En nuestra lengua, contamos hasta ahora con dos de sus textos: Cusanus. Reflexión metafísica y Espiritualidad (Pamplona, 2005) que reúne sus estudios sobre el pensamiento de Nicolás de Cusa, y Eriúgena. Rasgos fundamentales de su pensamiento, que traduce la obra homónima (Pamplona, 2009).
Finalmente, quisiera agregar que he tenido la ocasión de escuchar personalmente a Beierwaltes en el marco de varios congresos de la Cusanus-Gesellschaft. Su erudición y sabiduría estaban a la par de su afabilidad y su generosa disposición hacia los jóvenes investigadores. También he tenido la ocasión de escucharlo ejecutar el órgano: era un excelente intérprete de piano que encontraba en el arte, no solo a través de su reflexión teórica sino también mediante su praxis, una vía de ascenso a lo absoluto de cuya existencia no dudaba.
Quisiera cerrar esta breve presentación con una última referencia que trae Giovanni Reale en la ‘Introducción’ a la traducción italiana de Denken des Einen y que revela su compromiso vital con la filosofía. Relata que cuando le acercó la propuesta de versionar el título de la obra en italiano como Pensiero dell’ Uno, Beierwaltes insistió en cambiarlo por Pensare l’ Uno. El título, tal como lo había concebido, debía sentirse como una especie de exhortación: ¡Es necesario pensar lo Uno! Esta era para Beierwaltes la tarea imprescindible que debía ocupar a todo ser humano: pensar y realizar la unidad en todos los ámbitos.³ Su vida y su obra son una invitación a realizarlo.
Claudia D’Amico
Doctora en Filosofía; Profesora regular de Filosofía Medieval en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de La Plata; Investigadora Principal, CONICET, Argentina.
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¹ No me ocuparé aquí de su contenido ya que el Dr. Enrico Peroli lo desarrollará en la Introducción específica de este libro.
² W. Beierwaltes, Fussnoten zu Plato, Frankfurt am Main, Klostermann, 2011, Vorbemerkung, S. VIII-IX (traducción propia).
³ Cf. G. Reale, ‘Introduzione’ en Pensare l’ Uno, Milano, Vita e Pensiero, 1991, p. 20.